El Portal de la NES
  Artículo 1: Mi primer cartucho
 
ARTÍCULO Nº 1: Mi primer cartucho
(14/08/2009)



El primer artículo está orientado a mi primer contacto con la NES y, en definitiva, con los videojuegos en sí. Si bien es posible que hubiera observado de pasada algún pantallazo de las primeras Atari en casa de algún vecino, la sensación de tener un pad en las manos y sentir el poder lo recibí de una clónica de la NES llamada “MasterGames NVR-VI” de Nevir.

Aún recuerdo la primera vez que la encendí, introduciendo el cartucho (más tarde descubrí que era de Famicom –la NES japonesa–) que aún conservo, y observando ese infinito menú de 61 juegos en 1. Sí, la mayoría están repetidos con ligeras –a veces estúpidas– modificaciones, pero en ese momento te parece que tuvieras todos los juegos del mundo juntos. Y más valía mantener esa sensación, pues me pasaría bastante tiempo con poquito más que ese cartucho, el cual “rentabilicé” bastante con intercambios temporales con los amigos neseros de la época.
 
A lo que en definitiva vamos: Comentarios de los juegos que contiene y los recuerdos que me producen.


Este maldito juego siempre me ha maravillado. Fue el primero que vi y esa sintonía principal, que aún a día de hoy me parece fascinante, se quedó grabada en mi memoria. El juego estaba repetido en el cartucho multitud de veces, en cada una partías con un arma diferente (en el juego original te dejaba elegir al empezar), incluyendo algunas que luego descubrí que eran armas secretas y que no se podía partir con ellas...


¡Cómo no! ¡La estrella de los cartuchos multijuego! ¡Si no lleva el Mario no lo quiero! Ehh... ¿qué decir? Sorprendente, maravilloso, espectacular,... Todo es poco. Pasaron bastantes meses hasta que descubrí que había champiñones verdes que eran vidas extra, o que se podía derrapar estando agachado... pero disfrutaba como un enano brincando y cogiendo monedas. El cartucho contaba con dos versiones más de Mario: Una en la que siempre ibas corriendo aunque no pulsaras B y otra en la que parte del escenario se modifica conforme avanzas, no dejándote ver muy bien a dónde vas.


Nunca fue de mis favoritos del cartucho, sobre todo (aunque parezca extraño) por el sonido. La música no es del todo mala, pero el sonido de los disparos carece de fuerza o intensidad, por lo que siempre me ha parecido un juego muy poco intenso. El hecho de que no tuviera niveles diferenciables y la sensación de no ir hacia ninguna parte no ayudaban.


Fantástico juego. Lo jugué muchísimo y casi soy un experto, jeje. Se me daba muy bien y esa mezcla de arcade con simulador -mucho más arcade que simulador- funcionaba de maravilla. La primera vez que apareció Superman en el juego (aparece a la mitad de los niveles impares, si no te has estrellado antes) me llevé un buen susto. Son 4 niveles bien distintos y muy divertidos, y cuando consigues acabarlos da gusto oír la melodía final, da la sensación de que has hecho un gran logro.


No contaba con la mejor de mis simpatías. Siempre me ha parecido un juego demasiado lento y pesado. Sobre todo la parte de buscar la salida o abrirte camino. Es que las bombas tardan en explotar y cualquier movimiento se hace pesadísimo. Por suerte el cartucho cuenta con muchas versiones del juego en las cuales tienes de serie varios poderes, por lo que el juego gana algo de ritmo aunque pierda casi todo su reto.


Tampoco era de mis favoritos. Es un clásico y todo eso pero... también se me hacía aburridillo. Casi todos los niveles eran iguales y le faltaba ritmo y velocidad, justo lo que tiene Star Force, a mi modo de ver mucho mejor juego. Había dos versiones en el cartucho de marras y no sé muy bien en qué se diferencian, pero ahí están.


Gran juego. Sí señor. Uno de los que más he jugado debido a la posibilidad de jugar cooperativamente al mismo tiempo con mi hermana. Igual que en Battle City, puedes dedicarte a cooperar o a putear al otro. Imaginaos como eran las partidas... todo iba muy bien hasta que accidentalmente uno rompía un globo del otro, y a partir de ahí todo son incesantes venganzas mutuas. Muy divertido.


Ufff, de los peores del cartucho. Las primeras partidas se me hicieron interesantes, una vez pasado un tiempo se me hacía infumable. Tiene una modificación del juego en la que disponías desde el principio el insecticida potente y las pantallas te las pasabas casi sin darte cuenta. Bastante prescindible.


¡Qué pasada! Maravilloso juego que sigue siendo uno de los mejores shooters de naves que hay en 8 bits. Mucha velocidad en el flujo de enemigos y buena dificultad, además de escenarios futuristas y entretenidos. La mayor falla es que el enemigo final de cada nivel siempre es el mismo con mínimas variaciones, pero es perdonable. Me he llegado a pasar horas con el dichoso juego hasta pasar casi todas las pantallas, llegando incluso al nivel que el juego llamó “infinito” y que se repite una y otra vez. Hay una versión en el cartucho que permite disparar continuamente sin tener pulsar repetidamente el botón, lo cual se agradece mucho. También cuenta con unas excelentes melodías.


Sin ser gran cosa, tuvo siempre un interesante halo de misterio alrededor. La inercia con la que te movías era distinta a otros juegos, lo cual añadía dificultad. Lo que siempre me ha dejado patidifuso es un extraño suceso que hay con las vidas en este juego: Partías con 3, y lo mismo cuando se acababan te daban algunas más (porque sí) o bien tras perder la primera vida te veías que te quedaba sólo 1 en vez de 2. No sé si es problema del juego original o sólo de mi cartucho.


Clasicazo. Inmortal. Y aún así me divertía muy poco. En serio, nunca le vi la gracia y no se me daba muy bien. Lo que lo salvaba era que tenía una versión en la que todo iba mucho más rápido, lo cual le daba algo de vida al juego. Por lo demás, puede que sea de los que menos he jugado.


Otro extraño juego “made in japan” bastante divertido. Qué lástima que por occidente no se dedicaran a sacar estos juegos tan divertidos. En el juego había que ser rápido y hábil, lo cual era un buen aliciente para hacerme jugar una y otra vez. El estilo visual del juego también era muy atractivo, con los puerquillos y los lobos.


El favorito de mi hermana y uno de los que más gustaba a mi padre. El payasete tiene su encanto y el juego no deja indiferente. Otro gran clásico que se quedó en el país nipón. El cartucho tiene 5 versiones del juego, en cada una empezabas por un nivel diferente. En cualquier caso, jamás de los jamases acabé el nivel 5 –el de los trapecios– y eso lo llevo clavado. Algún día lo haré, pero no quiero que sea por emulador. Lo triste es que no tiene final y volvemos al principio, pero es algo personal.


El favorito de mi padre. Excitebike no necesita presentación. Es sencillamente muy divertido. Si hubiera una opción para jugar a dobles (a pantalla partida, por ejemplo) sería soberbio. Curiosamente, nunca supe que las flechitas esas que había en los laterales del camino servían para refrescar el motor hasta muchos años después. Le tengo mucho cariño.


Su modo de dobles me garantizó horas de diversión, sobre todo con mi primo... El muy abusón –es mayor que yo– se iba a matar tanques mientras me dejaba a mí al cuidado del águila. Claro que cuando yo me hartaba, o bien me largaba a matar tanques y a disparar a mi primo (paralizándolo), o si el hartazgo era superlativo, podía hasta cargarme el águila. Pa chulo, chulo, mi pirulo, jeje.

¿Esto es todo? Ehhh, nop. También incluía 3 juegos clásicos para la Zapper -la pistola de la NES-: Duck Hunt, Hogan's Alley y Wild Gunman. Lo que pasa es que no comento nada porque tengo pensado hacer algún día un artículo sobre los juegos de la Zapper que aparecieron para la NES. Así que de esta forma acaba este pequeño homenaje que he querido hacer a “mi cartucho de siempre”, ya que ese pequeño trozo de plástico con un circuito integrado dentro puso hace muchos años la semilla para que un día yo hiciera esta web.

Saludos a todos.
LOQUO.


 
   
 
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